jueves, 7 de junio de 2012

Entre Gasolinas y Papichulos


Para ser usuario del metro de Barcelona deberían ofrecer la asistencia a un curso cuyo nombre recomiendo desde aquí. Podríamos llamarle: "Como controlar su ira". Aquellos que tienen que sufrir a diario los cambios de temperatura, el ruido, los empujones y sobretodo las melodías polifónicas no deseadas son como héroes de guerra para mí. 

Soy de los afortunados que pueden desplazarse en moto por Barcelona y he tenido que sufrir en mis carnes unos días de pérdida de mi querido vehículo, a causa de una reparación. Esta reflexión "a posteriori" me permite atacar un sector usuario de este transporte que me ha resultado especialmente molesto.

Recuerdo el momento (histórico) en que se quitó el hilo musical de los trenes de Renfe, una música bastante agradable para mi gusto, por resultar molesta para algunos usuarios que argumentaban que ésta no les permitía relajarse en su viaje de vuelta a casa tras una larga jornada laboral. Os preguntaréis porque recuerdo ahora este dramático episodio. Resulta que en el metro de Barcelona los móviles con MP3 sirven como arma para una tribu urbana que ejerce su voluntad de manera déspota y sin respetar la cordura y estabilidad emocional de sus compañeros de trayecto.

Entre Gasolinas y "Papichulos", miles de pasajeros hacen su trayecto sin ni siquiera inmutarse, resignándose a una realidad que parece que les sea indiferente. Ya va siendo hora de que aquellos que se responsabilizan a la hora de hacer cumplir normas ridículas y sin sentido, se hagan cargo de estos especímenes y nos dejen tener "la fiesta en paz", o al menos lo que nos queda de trayecto.




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